Artista
Rosita Beas (Chile, 1982)
Curatoria
Esteban Córdova, Chile
Abstract
En el santoral de Rosita Beas convergen el humor y formas de espiritualidad que se asientan en lo profundo de la memoria y que en el juego de las imágenes entrelazan nuestro tiempo con aquel donde las devociones de madres y abuelas inundaban de esperanza la dureza de los días. Figuras estampadas en papel troquelado o simple, cromaticidades dulces o intensas, delineadas por la pureza del blanco o el fulgor dorado de la luz divina eran apretados contra el pecho en estampitas y libros de oraciones marcando el pulso de los días.
Rosita toma esas formas, las pone en juego y les da actualidad sustituyendo rostros y transfigurando personajes de la cultura popular que nos sacan sonrisas, pero que también nos inspiran con su trabajo, sus obras y sus luchas. Ya no es Jesús de Nazaret, sino Violeta Parra o Felipe Camiroaga quienes muestra su corazón ardiendo para desafiar los discursos de poder y ofrecerlos a quienes se atreven a situar su esperanza en este mundo y no en otro, confiando en que lo inesperado del milagro depende de nosotros.
La artista logra así un diálogo en la multiplicidad del tiempo que resuena como memoria y libertad en los cuerpos, nuestros cuerpos y los que nos interpelan desde sus velas, poleras y tacitas, como lo hicieron en los muros del Estallido.
Texto de Macarena González Franzani